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7 Razones por las que el Chisme destruye la Iglesia

El chisme es una práctica que parece tan inofensiva porque, como humanos, estamos diseñados para contar historias. Sin embargo, con el chisme es más que repetir una historia: es causar daño.

Hay muchos casos de incendios incontrolables que comenzaron porque alguien dejó una colilla de cigarro encendida o un pequeño fuego que nadie pensó que sería destructivo. De igual forma, el chisme comienza de a poco y termina destruyendo todo, e incluso puede causar mucho daño a la Iglesia.

A veces nos protegemos tanto de los ataques de Satanás, que nos quedamos ciegos ante las acciones que nosotros mismos estamos fomentando en las congregaciones. Si crees que contar una historia, especular o inventar hechos sobre alguien no es destructivo, a continuación veremos cómo el chisme es uno de los más grandes venenos para la Iglesia.

EL CHISME DESTRUYE A LA IGLESIA PORQUE

Demuestra que nuestros corazones no están enfocados en Jesús

Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.

Lucas 6:45 (NTV)

Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada.

Santiago 1:26 (NTV)

¿Alguna vez has hecho dieta? Puedes comenzar con muchas ganas los primeros días y después dejarte llevar por la comida chatarra que debes dejar de comer. De esa misma manera, como cristianos podemos aceptar a Jesús en nuestro corazón y después dejarnos llevar por todo lo que nos hace mal. Y el chisme es uno de ellos.

La Biblia dice que por nuestra boca sale todo lo que tenemos en nuestro corazón. Eso significa que no podemos decir un chisme y al mismo tiempo, alabar a Dios. La Biblia también dice que esta acción es contradictoria porque nadie puede tener como amo a dos señores (Mateo 6:24), en este caso, al chisme y a Dios.

Si Jesús realmente es una prioridad en nuestra vida, entonces no debe haber espacio para el chisme. Sin importar la situación.

Lleva a juzgar sin tener pruebas

No esparzas rumores falsos. No te hagas cómplice de gente malvada cuando tengas que jurar en el estrado de los testigos.

Éxodo 23:1 (NTV)

No disemines chismes difamatorios entre tu pueblo.

Levítico 19:16 (NTV)

Muchas veces el chisme es una exageración de algo o una suposición de un evento que nunca ocurrió. Este acto es perjudicial ya que nos lleva a hacer juicios sin tener la información completa. Y por último, no es nuestro deber saber todo, esa función es la de Dios. Nuestro deber como Iglesia no es el de estar pendiente de cada cosa que sucede, sino de amar al prójimo. Recordemos que Jesús nos mandó proclamar las buenas nuevas, no los chismes.

Nos lleva a usurpar el lugar de Dios

Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.

Santiago 4:11 (NTV)

La Biblia nos advierte de no juzgar a los demás porque con esa actitud estamos usurpando el lugar de Dios.

¿Te imaginas qué hablarían del ladrón que fue crucificado junto a Jesús? Debido a sus actos, es de suponer que la gente no hablaba bien de él. Si alguien hubiese hecho un juicio sobre este ladrón, es probable que el veredicto hubiera sido negativo y condenatorio. Sin embargo, al momento de su muerte, Jesús mismo le dijo que estaría con Él en el paraíso.

¿Te das cuenta de que podemos ser malos jueces? Solo Dios tiene el poder de juzgar a una persona.

Nos hace pecar

Hablar demasiado conduce al pecado.
Sé prudente y mantén la boca cerrada.

Proverbios 10:19 (NTV)

La Palabra de Dios nos advierte cuidar nuestras palabras porque estas pueden llevarnos a pecar. Cuando contamos un chisme, fomentamos una mala imagen de una persona y los demás pueden rechazarla por una razón infundada. Pero Dios no nos llamó a excluir a la gente, sino a amarla como a nosotros mismos (Mateo 22:36).

Promueve la división

El alborotador siembra conflictos;
el chisme separa a los mejores amigos.

Lucas 6:45 (NTV)

Jesús nos explicó que todos tenemos diferentes dones y talentos que sirven para conformar Su Iglesia. Por lo tanto, debe haber unidad entre nosotros y no división. Pero lo que hace el chisme es crear discusiones, separar y herir a las personas. Si hay chisme no hay unidad. Así que, si queremos una congregación saludable, debemos deshacernos de las habladurías.

Destruye vidas

La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.

Proverbios 18:21 (NTV)

Nuestras palabras pueden ayudar o condenar a las personas. A veces no tomamos esto en serio, pero la verdad es que lo que decimos tiene más impacto de lo que pensamos. Es por ello que dicen que las palabras duelen más que los golpes.

Un chisme puede herir tanto a alguien que puede llegar a irse de la congregación, con tal de apartarse del lugar tóxico que le está haciendo daño. Incluso algunos pueden renegar de Dios porque han sido víctima del chisme.

Antes de pensar que estas personas son débiles por resentirse o salir heridos, recuerda que somos la imagen de Dios al mundo. Y si como representantes de Cristo estamos dando una mala imagen, entonces es nuestra culpa que haya gente dolida por un chisme.

Nos aleja de Dios

Hay seis cosas que el Señor odia,
no, son siete las que detesta:
los ojos arrogantes,
la lengua mentirosa,
las manos que matan al inocente,
el corazón que trama el mal,
los pies que corren a hacer lo malo,
el testigo falso que respira mentiras
y el que siembra discordia en una familia.

Proverbios 6:16-19 (NTV)

El chisme a menudo involucra la mentira y la Biblia enfatiza que Dios odia la mentira. Si realmente queremos tener una relación cercana con Dios, entonces debemos deshacernos del chisme y no contribuir a su propagación.

Quizá pensamos que los pecados grandes son el asesinato o la violación, por ejemplo, y nos cuidamos mucho de no cometerlos. Pero al mismo tiempo descuidamos esos pequeños pecados que destruyen nuestra comunión con Dios y que, por defecto, dañan a la Iglesia en su conjunto.

Por eso debemos encomendarnos a Dios y pedirle que nos ayude a cuidar lo que está en nuestro corazón para que no salga ninguna palabra necia de nuestra boca. El chisme puede hacer daño a la Iglesia; pero tenemos la opción de impedir que esto suceda.

Aprende más sobre este tema: ¿Qué acciones cuentan como chisme?